Homilía fúnebre: Maria Dolores Tovar 1/21/2022 (Español)

 Nos reunimos aquí hoy para llorar la pérdida de nuestra querida hermana María Dolores y para celebrar su paso de este mundo al otro. Su salud sufrió durante algún tiempo y ahora está liberada de esos problemas. Ella está en camino al reino de los cielos. El mismo día de su muerte, su nieto Edgar Alonso fue llamado de regreso al Señor de forma inesperada. Este es un momento difícil para la familia Tovar.

No hay palabra que pueda calmar tus penas, ningún consuelo puede aliviar tu dolor. Solo Dios sabe por lo que estás pasando y solo Él puede otorgarte la fuerza para abrazar este momento de tristeza y ayudarte a atravesarlo con fe.

En la primera lectura tomada del libro de la Sabiduría, miramos el sufrimiento humano. En muchas culturas, el sufrimiento se considera un castigo o una maldición, una falta de bendiciones.

Pero para todos los que tenemos fe en Jesucristo, sabemos que el sufrimiento puede ser una gracia salvadora. Dios no causa el sufrimiento, Él permite que suceda. Por lo tanto, debe tener algún bien para nuestras almas. Dios quiere sólo lo que es bueno para nosotros.

Jesús, que es Dios, pasó por un sufrimiento tremendo y una muerte terrible. ¿Cometió un crimen, un pecado, un mal? No. Hizo tanto bien, sanó a tanta gente. Él es Dios, pero no evitó el sufrimiento y la muerte, sino que los abrazó y los atravesó con amor.

Por eso, la única manera de enfrentar el sufrimientos es hacer lo que hizo Jesús. Abrazarlo y atravesarlo con amor. Dejemos que Dios nos honre tal como lo hizo con Jesús.

En el texto del Evangelio, Jesús promete que en la casa de Su Padre hay muchas moradas. Hay una morada para María y Edgar, para ti y para mí.

Pase lo que pase en esta vida, todo aquel que cree en Cristo, tendrá un lugar en la eternidad. Entonces, no importa cuán tristes (o quebrantados) nos sintamos ahora, debemos creer y esperar esta promesa.

María vivió una vida sencilla y fiel. Se casó en Santiago en 1954 y crió a diez hijos maravillosos en la fe. Amaba las plantas y los animales, especialmente las aves. Era un alma sencilla y hermosa.

María era católica bautizada. Recibía la Sagrada Eucaristía con regularidad; me dijeron que nunca se había perdido ninguna misa dominical. Ella resucitará a una nueva vida. María estará orando por nosotros.

Nosotros también oramos por María, que Dios la apresure al paraíso y sea misericordioso con su alma. Como amigos y familiares que lamentamos nuestra separación de ella por ahora, esperamos el día en que nos volvamos a encontrar, en la casa de Dios, cuando la misericordia y el amor de Dios conquisten todo, incluida la muerte. 

Amén.


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